La gente se casa, básicamente, por amor. Craso error. Es lo que menos dura. Eso sí. El matrimonio te da un tiempo, mientras desaparece el amor, para que se puedan crear otros vínculos más estables como la amistad, la conveniencia, la inercia o la comodidad. Por eso es cada vez menos extraño amar a uno, convivir con otro, entenderse con un tercero y acostarse con desconocidos.
Arbolcom.
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