Una rueda de prensa es cuando varios
periodistas nos acercamos (acosamos) a alguien (sin estar previsto),
le ponemos los micros en la boca y le hacemos preguntas allí mismo,
en la calle, en la puerta del juzgado o donde sea.
Una conferencia de prensa es cuando el
portavoz de algo convoca previamente en un lugar y a una hora para
hacer declaraciones y someterse a las preguntas que los periodistas.
Si es un cargo público o representativo existe la costumbre de que
los periodistas pregunten por el tema de la convocatoria o cualquier
otro. Si es un sujeto privado, incluso famoso, se trata sólo el tema
prefijado (y si alguien pregunta de otra cosa se le responde
educadamente “no comment”, es decir, “sin comentarios”).
Cuando en las conferencias de prensa no
dejan hacer preguntas a los periodistas, es porque el que habla tiene
algo que esconder, ocultar o falsear, porque no está preparado,
porque lo han pillado en una falta o delito o porque es tonto del
culo. Esas son todas las posibilidades. No hay más.
Para evitar el brete, mejor hacer un
comunicado tipo Urdangarín. O hablar sin decir, como Rajoy, pero al
menos éste tiene tablas, está preparado, y, por más preguntas que
le hagas, sólo te dice sus argumentos de memoria.
Arbolcom.
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