miércoles, 16 de septiembre de 2015

El Toro de la Vega es declarado nulo.

Aunque lo que ha sido anulado, en realidad, no es el toro sino la faena. Y es que la fiesta de este pueblo se sabe insostenible desde hace tanto tiempo que incluso le han puesto un reglamento para que los "valientes" lo maten como Dios manda, jugándose las femorales: Hay que alancearlo de frente y cuando el morlaco esté parado, requisitos que no ha cumplido nadie.
Matar un toro no es trabajo de cobardes, ni de inútiles. Es un privilegio de semidioses, entrenados toda su vida para esquivar a la muerte. No hay tauromaquia sin muerte cierta. Y toda la ceremonia consiste en demostrar que el matador esquiva a la parca, porque sabe, quiere y puede evitarla.
El que asestó la lanzada definitiva, en cambio, se escondió detrás de un pino (lo dice el jurado) y la clavó de lado, esquivando los pitones de sobaquillo. Los anteriores lanceros hicieron algo parecido.
Y el toro se ha muerto, sin ver a su matarife, ni a un torero en muchos metros a la redonda. Lo que allí había no eran más que oportunistas que sólo han demostrado lo mucho que les falta por estudiar para presentarse al escalafón básico "correvacas".
Mi mensaje para los del pueblo ese es que dejen de hacer el ridículo mundial. Lo único que han demostrado es que no saben citar de frente, que les falta un puntito de decisión para poner el corazón en medio de la embestida y de la cornamenta, y aguantar que el bicho se arranque, mientras su mugido te hiela el corazón y su mirada te paraliza las piernas. Ni saben quebrar la cadera, ni clavar la lanza en el hoyo de las agujas, ni abrir las piernas y dejar los genitales al aire por si el toro se los quiere llevar de una cornada. Eso es la tauromaquia y no la pantomima repugnante que hacen.
No estaría mal que los lanceros no fueran de vergonzoso trapillo y camiseta tercermundista, sino vestidos de luces, para demostrar que saben morir con la elegancia y con la dignidad sublime de los artistas verdaderos, o que hicieran el paseillo con la taleguilla marcada, un rato antes, para decirle al pueblo llano que ellos han venido a demostrar que están hechos de valor, potencia y fuerza.
El Toro de la Vega ha sido declarado nulo. Qué injusticia! El único que ha ido a jugarse la vida con honor y bravura, y lo declaran nulo! ¿Cómo habría que declarar a los que no han sido capaces ni de ponerse delante de él?
Arbolcom.

No hay comentarios:

Publicar un comentario