martes, 18 de septiembre de 2012

Esperanza, en la vida.


(La presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, dimite, se supone, por estar enferma de cáncer)

¡Ay! Esperanza, qué mala has sido... ¡Cómo te trata la gente! Qué cosas más desagradables te dicen... Simplemente por ser fascista y de ultraderechas. Mira que desearte la muerte, así sin más, como si te la merecieras...

Pues, óyeme a mí, y haz oídos sordos a los demás. Que en esto de la vida hasta el cocodrilo más cruel tiene un trozo. Y tu no es que seas una gacelilla, pero la vida es tu derecho, como el mío. Yo lo que te deseo, de todo corazón, es la muerte política porque soy tu enemigo, o tu contrincante, o tu oponente, o tu discrepante... y aspiro a conseguirla, sí, pero con votos, no con enfermedades.

Y ahora que tienes la parca a las espaldas, quizá tanto como yo, te deseo la vida plena y que cuando salgas del hospital, tras hablar con ella, hayas cambiado y me busques para defender el derecho de los desprotegidos, la igualdad de los sencillos y la justicia de la sociedad. Ojalá pueda verte muchos años más, aunque sea para pelearme contigo, porque reconocerás que es lo que te mereces, pero la vida, ¡ay! Esperanza, la vida, si pudiera, te la regalaba...

Arbolcom.

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